Historia

Historia

Por los años 40 había en Barahona una sociedad bastante culta, que se preocupaba por la educación de sus familias; además el cuerpo magisterial gozaba por entonces de cierta calidad moral en su ética profesional y vivencial.

Faltaba el centro educativo católico, para realizar una educación cristiana, la médula de toda formación.

Una Educación Cristiana.

El padre Miguel de Castro, Franciscano-Capuchino, que junto a otros frailes formaban una comunidad aquí en Barahona, pensó en la Congregación de “Hermanas Franciscanas   de los Sagrados Corazones” de Antequera (España) que ya estaba aquí en República Dominicana en Santo Domingo, La Vega y San Pedro de Macorís.

En el año 1950 se empieza a fraguar una fundación que llevara a cabo una educación cristiana donde el pensamiento de Madre Carmen de “Ir por esos mundos…” se hacía realidad una vez más.

Es así que los padres franciscanos, Fray Miguel de Castro, Luis de Ausejo, Anselmo y Fray Leopoldo de Ubrique, que en años más tarde fue Obispo de La Vega, con el nombre de Francisco Panal, recurren insistentemente a Madre Ascensión, en la Vega, como representante de Madre General en República Dominicana hasta conseguir el sí de la Congregación.

En Barahona por aquella época no existía ninguna casa religiosa, ésta será la primera de nuevas congregaciones que llegarán a la diócesis.

Los Padres Luis y Leopoldo, acompañados de algunas damas de la ciudad, salen a la calle a pedir para rehabilitar la Casa Curial donde se instalará la nueva comunidad y acomodar la antigua iglesia con mamparas para comenzar las clases.

Mientras se superan las dificultades que conlleva la fundación y para mantener los ánimos de la gente que con tanto deseo esperaban a las hermanas, vinieron Madre Ascensión de La Vega y Madre Margarita de San Pedro de Macorís con el fin de supervisar los trabajos que se estaban llevando a cabo.

Se abren las inscripciones para el nuevo año escolar 1950-51, son muchas las personas que acuden y el cupo es limitado por el espacio.

Es el 30 de Septiembre de 1950: Barahona está fiesta y hasta las campanas de la parroquia se unen a la alegría de todos. ¡Han llegado las Hermanas…! Las esperan en el aeropuerto grandes personalidades civiles y eclesiásticas, las pasean por el pueblo haciendo sonar las bocinas de los carros hasta llegar a la parroquia donde descienden de los vehículos para dar gracias a Dios por este nuevo acontecimiento para el pueblo, para la Iglesia y para la Congregación. De ahí parten hacia la casa donde todos los detalles han sido pensados y preparados con mucho amor.

El día 2 de Octubre, abren las clases con 70 niños desde Kínder hasta 6to curso inclusive; la felicidad de los niños se refleja en sus rostros infantiles, nunca habían estado con religiosas y era una experiencia que no podía desaprovecharse, sólo la falta de espacio pondría límite a la amplitud de las Hermanas de querer acoger y darse a todos por igual.

Ya está formada, aunque no definitivamente la comunidad. Han marchado las Hermanas que vinieron de las diferentes casas para compartir el regocijo de la nueva fundación y han quedado: Sor Milagrosa, Sor María Enriqueta, Sor Clotilde y Sor Balbina. Durante los días que pasó aquí Madre Ascensión se hicieron las gestiones para conseguir el terreno donde se edificará el colegio actual. El Ingenio Barahona ofreció gratuitamente algunas de sus posesiones y las Hermanas acompañadas de los Sres. Polibio Días y Benjamín Toral, fueron a elegir y señalar el terreno que más le convenía. En la elección predominó una visión amplia del futuro; gracias a ella, alumnos y profesores, podemos disfrutar en el presente del inmenso campo de nuestro colegio.

Ya están funcionando las diferentes actividades del colegio. Para la fiesta de la Inmaculada, hacen 30 niñas la Primera Comunión y un buen número recibe el Sacramento del Bautismo, la semilla comienza a dar su fruto. También se están activando y poniendo en función las cualidades artísticas de los alumnos, para ello se organizan veladas, danzas, etc.

prepararlas para recibir los sacramentos y se trabaja en la promoción de la mujer con talleres de costura, charlas y alfabetización de adultos.

Ya en 1952 en el Colegio se imparten clases hasta 8vo curso, pero la incapacidad del local urge aligerar las gestiones del terreno.

Las hermanas, audaces e inquietas por seguir ampliando su campo de acción, buscando siempre la gloria de Dios y el bien de todos aquellos que esperan con un corazón abierto y receptivo, inician las clases nocturnas de alfabetización, para los jóvenes y adultos que laboran durante el día puedan adquirir los conocimientos más elementales de una cultura general.

Ante este inmenso campo de actividades a todo nivel urge dar inicio a la construcción del nuevo Colegio. Con la ayuda de los barahoneros y principalmente con la de las otras casas de la Congregación, en República Dominicana, el 30 de Junio de 1954 comienza la obra dirigida por el ingeniero Caro, el cual ayudará económicamente a poner fin a la obra con el único interés de que las hermanas se lo paguen cuando puedan; y el 8 de mayo de 1955 tiene lugar la bendición de la 1ra planta por Mons. Reilly, Obispo de la diócesis; en aquélla época Barahona pertenecía a la diócesis de San Juan de la Maguana.

El campo de acción apostólica es cada vez más inmenso dentro y fuera del colegio, tanto para las hermanas como para el grupo de alumnas, principalmente internas que laboran en la catequesis.

En 1955 comienza a funcionar, en el colegio, el primer grupo religioso: “La Asociación de la Legión de María” dirigida por Dilcia Risk cuya finalidad es fomentar la devoción Mariana entre el alumnado.

Fueron años de duro trabajo, sacrificio y abnegación para las Hnas. y de siembra abundante en esta tierra del Sur:  Catequesis, Evangelización y presencia de las hermanas en Barrios y en otros pueblos de la región y buscando siempre el modo de hacer presente y mostrar con claridad el carisma de Madre Carmen.

Un período importante quedó marcado en los años 1982 – 1988.

Este tiempo puede considerarse como un tercer período: la Comunidad Ora, Reflexiona y se pregunta cómo responder a las necesidades educativas entre los más necesitados, cómo acogerlos y ofrecerles una educación de calidad y educarlos en la fe.  Se dan los pasos y después de muchas dificultades, se consigue en la Secretaría de Educación una subvención y unas tarjetas para maestros que permiten iniciar la labor y es así como se crea en el Colegio una segunda tanda Vespertina gratuita y a la vez se da la oportunidad de que al terminar el 8º curso por la tarde puedan pasar a terminar el Bachillerato en la tanda matutina, es decir en el Colegio. Testigo de todo esto es la Profesora Marianela Peguero, Maestra del Colegio, en quien las Hermanas por su fidelidad, entrega y sintonía con el carisma de la Congregación delegaron en ese momento y presentaron al Ministerio como Directora Técnica y académica de la Tanda Vespertina, asumiendo las Hermanas en coordinación con ella la Dirección general en cuanto a elección del personal y toma de decisiones.

Iglesia Santa Cruz

Primer lugar donde funcionó el colegio Divina Pastora en sus inicios 1950 – 1955

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